Hace mucho tiempo , en un país lejano , comenzó un virus a comerse los rostros de la gente . Nadie sabía cúal era la causa, de dónde venía el virus , ni cúal era la cura . Al poco tiempo el virus mutó y se comió también las manos de la gente . Ante la vergüenza de verse mutilados , los habitantes de aquel lejano país empezaron a confinarse en casa. Temían salir a la calle. Ansiaban que llegase la tan esperada cura que les devolviese manos y caras y mientras tanto escribieron este diario.
miércoles, 3 de junio de 2020
He sido atrapada por un vórtice en el espacio-tiempo. De repente una gravedad insalvable me ha arrastrado hacia el centro de esta improbable entidad, me ha aplastado, estirado, torneado, aplastado otra vez... y me ha escupido por el otro lado. Y me ha dejado aquí de nuevo, exactamente donde estaba: sentada en mi sofá escribiendo en mi ordenador, misma fecha misma hora. Solo cambia una cosa: esa flor azul de la pared no estaba antes. Estoy segura que antes ahí habia una bola hueca. La hice y la puse ahí yo misma. ¿De dónde ha brotado esa flor? Fijándome bien es de tela, no ha brotado de ningún lado. Entonces solo existe una respuesta: estoy en otra realidad. Estos no son mi sofa y mi ordenador. Este no es mi salón. Este no es mi barrio. Esta no es mi gente. Se parecen mucho, físicamente son idénticos, pero no son ellos. Pero para ellos la que no soy, soy yo. Esta es su realidad.
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