jueves, 19 de marzo de 2020

El verdadero enemigo

Otro día más,
Las mismas paredes y el mismo final,
Pero la locura crece.
Delirios de realidad,
De respirar dudas y no mirar atrás,
Mientras en la cuna mecen
Al desastre recién nacido
Con biberones de miedo
Y nanas de mal agüero.

Llega la noche y olvido
Quien hay tras el espejo
Quien maneja los hilos
Y nos somete al encierro:
El planeta que lanzó el ataque
Para luchar contra su cáncer,
Un descanso merecido
Antes del siguiente asalto.

¿Y CUANDO ABRA LA PUERTA?


Después de 6 días de “encierro”, me voy acostumbrando. Voy creando una rutina que no es del todo perfecta todavía, pero esto va para largo. Tiempo hay para que sea perfecta, aunque no sé si quiero que lo sea. Que confusión.

¿Y cuándo todo esto se acabe, cuando vuelva a la realidad en la que vivía antes y choque con la nueva realidad que el coronavirus a fuerza ha creado, que va a pasar? ¿Qué realidad voy a elegir? ¿Qué realidad va a elegir el resto de personas, amigos, familia…? Quizás cambio yo y el resto no. Quizás cambia el resto, pero yo no. Otra vez, que confusión.

Me imagino que lo sabré cuando abra la puerta.

GRACIAS

Por fin había comprendido a nivel experiencial (y no meramente teórico) que la felicidad, la verdadera FELICIDAD no está sino dentro. Que nunca vamos a encontrarla en ningún otro sitio. Y que de hecho lo de fuera, donde siempre la buscamos tozudamente, no hace más que distraernos de encontrarla y alejarnos de ella.

Aprendí que hay que parar, mirar hacia dentro y limpiar. LIMPIAR LIMPIAR y LIMPIAR. Deshacernos de la turbiedad acumulada con los años. Entonces, y sólo entonces, la luz podrá emerger e inundar nuestra mente y estaremos conectados con nuestro verdadero ser. Y lo sé porque lo he vivido.
Lo de fuera no importa. Lo de fuera sólo distrae.

Y de repente, la vida me viene con nuevas circunstancias, lo de fuera cambia por completo y se suspenden todas las distracciones cotidianas. ¿Y qué hago yo? Me angustio, genero sufrimiento: "Ay, que será de mí sin mis distracciones cotidianas, ay que sola me siento, ¡ay! esto yo no lo quería ni me lo esperaba..."

Claro que no lo quería ni me lo esperaba. De otro modo la lección no estaría completa.

GRACIAS VIDA

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Todos juntos

Llevo ya unos días encerrado. Me ha salvado el hecho de estar rodeado de gente y la rutina diaria.

Me suena el despertador, mi madre asoma la cabeza por la puerta:
-¿ Como estás hijo ?

Sin darme tiempo a responder alguien grita: "¡El desayuno esta listo!". Y salto de la cama. En el salón están todos, estáis todos, sentados en la mesa, en el suelo, de pie, mirando el móvil, hablando. Saludo ¿todo bien ? No recuerdo con quien habló un rato, nos reímos. Leo, juego al ordenador . El ruido del salón no llega aquí.
Me pregunto qué estarás haciendo , no he hablado hoy contigo. No estás en el salón, ni en la cocina, pero al cabo de un rato te encuentro. Hablamos en la terraza y en el jardín. Todo bien. Qué bonita eres. No me gusta esa tos. Cuídate.

Se me acaba el día y no he hecho nada. Hago algo de deporte y ceno en el salón. Ahí están todos. Todos bien. Nos resumimos el día, comentamos las novedades de la tele, el presi, el rey. La muerte asoma la cabeza por la puerta con su guadaña.
-¿ Quien te ha dejado entrar?- no alcanzo a ver quien lo grita. Pero alguien conversa con ella airado bajo el quicio de la puerta.
- Somos jóvenes y estamos sanos , anda vete.
La muerte obedece y se va , sim hacer ni un ruido, tal y como vino.
Se va haciendo tarde y me caigo de sueño. Ultim conversacion del día, buenas noches y a dormir.



A la mañana siguiente no hay despertador, el sol está bien alto, mi madre no está, nadie ha preparado el desayuno. No hay nadie en el salón. Solo se oye el zumbar del frigo. Tu no estás en la terraza , ni en el jardín. Estoy solo , estoy en cuarentena estoy ¿Contagiado?
No , mierda , simplemente se me olvido cargar el móvil

Llueve ahí fuera

 La luz es gris desde hace tres días. No hay sol. No se deja ver. Tengo la sensación de estar atrapado en una prisión de la que no puedo sal...