- Por un lado están los buenos ciudadanos responsables, que opinan que la cuarentena tiene que ser la prioridad número uno de todos nosotros. Cualquier otra idea es un atentado contra la salud pública y la solidaridad.
- Y por otro están los que cuestionan la importancia de la cuarentena por encima de todo. Y aunque la respetan y son precavidos, relativizan las consignas alarmistas.
Los del primer grupo, los buenos ciudadanos, llaman a los del segundo grupo "gilipollas", "desgraciados", "asesinos en potencia" y no entienden cómo pueden tener amigos tan irrespetuosos.
Nótese la ironía del caso.
- Infectada289/k -
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