... hablando por teléfono con mis padres
el horno abierto esperando recibir una buena focaccia
para disfrutar luego con una copa de vino tinto
de repente la luz se corta
Me doy la vuelta
No recuerdo el horno abierto
y con la elegancia de un elefante en una tienda de cristal
Caigo con todos mis buenos kg
que ni siquiera el cirque du soleil!
Puerta del horno rota ...o casi
Antiguas blasfemias en mi maravilloso dialecto
el vecino me llama desde la ventana
temiendo que algo muy pesado se hubiera roto
(¿Tal vez estaba hablando de mi lindo trasero?)
pero la focaccia tenia que ser cocinada ...
finalmente después de varios intentos
y una bolsa de hielo en la rodilla
no solo disfruto mi deliciosa cena
pero brindo a quien arregla las cosas sola
¡Y es tan elegante como una libélula!
Hace mucho tiempo , en un país lejano , comenzó un virus a comerse los rostros de la gente . Nadie sabía cúal era la causa, de dónde venía el virus , ni cúal era la cura . Al poco tiempo el virus mutó y se comió también las manos de la gente . Ante la vergüenza de verse mutilados , los habitantes de aquel lejano país empezaron a confinarse en casa. Temían salir a la calle. Ansiaban que llegase la tan esperada cura que les devolviese manos y caras y mientras tanto escribieron este diario.
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