Iba esta mañana
dando mi paseo por Wuhan, cuando me he encontrado al arquitecto-jefe de la
Alhambra con un viejo grabado del monumento, iba parando uno a uno a
todas las personas diciéndoles - ¡venid, venid! ¡Seguimos siendo hermosos!
- el plan es ir por toda China perfeccionando sus técnicas de persuasión. Si le falla, hizo un cursillo básico de hipnosis facilitado por
la Junta. De todas formas, se le ha prometido llamarle todos los días para mostrarle nuestra preocupación por él y cuando vuelva recuperar su puesto.
Ese solo era un detalle sin importancia, lo importante es que en el informe
llegado esta mañana se ha revisado una muestra de sentimientos post-pandémicos, donde para nuestra sorpresa, la Alhambra no se encuentra entre las cosas que se echan de menos. En la Junta hemos simplemente aplicado la
lógica a estas emociones, y hemos llegado a la conclusión de que nadie puede
echar de menos algo que lleva tantos años consumiendo tanto espacio, y menos con
esa arrogancia...
- ¿Qué le da derecho a ocupar esa colina tanto tiempo? - Ha preguntado el director. ¿Está al día con sus pagos? Lo revisaremos. Revisaremos los papeles desde Boabdil a Bermúdez y encontraremos las lagunas técnicas de vuestras emociones. Mi misión es haceros saber que, de antemano, gracias a dicha muestra neuronal desafectiva se ha firmado la venta, tapia a tapia a Goldman Sachs para que sea troceada en Wall Street. En Wall Street aprecian ahora mucho la arena rojiza; les hemos pedido que usen el término “alpañata” para aumentar su valor, la recepción ha sido muy positiva. Wall Street no deja de ser una pared, tanto igual que la alhambra - no notarán la diferencia - hemos aseverado los técnicos. Más jardines para Wall Street, más mercado para la Alhambra. Y da igual donde poner la fuente y donde poner el panel de dividendos. Ese toro de la economía también puede sostener una fuente, y la poesía más bella de dos hermanas, esa que se equivoca contando los centuriones de Orión, podría perfectamente estar sobre el parqué de conteo de Brent. Eso nos servirá a los economistas para recordar que nos llevamos equivocando milenios. En la Colina roja hemos decidido poner un gran panel luminiscente también a modo de recordatorio, reza así: "Cómprale al que heredó, porque no sabe lo que vale".
- ¿Qué le da derecho a ocupar esa colina tanto tiempo? - Ha preguntado el director. ¿Está al día con sus pagos? Lo revisaremos. Revisaremos los papeles desde Boabdil a Bermúdez y encontraremos las lagunas técnicas de vuestras emociones. Mi misión es haceros saber que, de antemano, gracias a dicha muestra neuronal desafectiva se ha firmado la venta, tapia a tapia a Goldman Sachs para que sea troceada en Wall Street. En Wall Street aprecian ahora mucho la arena rojiza; les hemos pedido que usen el término “alpañata” para aumentar su valor, la recepción ha sido muy positiva. Wall Street no deja de ser una pared, tanto igual que la alhambra - no notarán la diferencia - hemos aseverado los técnicos. Más jardines para Wall Street, más mercado para la Alhambra. Y da igual donde poner la fuente y donde poner el panel de dividendos. Ese toro de la economía también puede sostener una fuente, y la poesía más bella de dos hermanas, esa que se equivoca contando los centuriones de Orión, podría perfectamente estar sobre el parqué de conteo de Brent. Eso nos servirá a los economistas para recordar que nos llevamos equivocando milenios. En la Colina roja hemos decidido poner un gran panel luminiscente también a modo de recordatorio, reza así: "Cómprale al que heredó, porque no sabe lo que vale".
Si pensáis que es la malignidad los que nos empuja estáis equivocados. Son los informes. Además, los economistas somos los que más necesitamos las bondades espirituales del arte. Y no
vosotros historiadores del arte, vosotros lo que necesitáis es dinero. Para ello, os hemos preparado un curso de economía
inductiva. Ahora sí, con este cursillo podéis trabajar en el Tapial de Wall
Street. Sensibilidad artística sobre Econometría I y II. Impartido coralmente por Buffet
y Bansky. La crítica está entusiasmada: Los números se llenarán de
poesía, y el arte de billetes de algodón y lino.
Os escribo bajo esta armadura de par y nudillo que nos hemos quedado en el departamento como prima por nuestra gran gestión. El último informe remitido dice que somos hoy sin duda más sensibles que ayer, aún así no queremos comprensión...
Hemos pensado vuestro futuro mejor que vosotros, no os molestéis, estáis a años luz... y siempre podéis quejaros por lo bajo de nuestras malignidades mientras bebéis un gintonic en esa nueva terraza de Central Square.
Os escribo bajo esta armadura de par y nudillo que nos hemos quedado en el departamento como prima por nuestra gran gestión. El último informe remitido dice que somos hoy sin duda más sensibles que ayer, aún así no queremos comprensión...
Hemos pensado vuestro futuro mejor que vosotros, no os molestéis, estáis a años luz... y siempre podéis quejaros por lo bajo de nuestras malignidades mientras bebéis un gintonic en esa nueva terraza de Central Square.
No hay comentarios:
Publicar un comentario