lunes, 30 de marzo de 2020

Los locos

Tú me dijiste hace poco eso de ¨¿Te imaginas como se sentirán los locos?¨ Es decir, si no distingues la realidad de lo que es mera creación de tu imaginación, esta situación que estamos viviendo hoy en día, puede llegar a ser cuanto menos confusa. Te puede incluso llevar a reconsiderar la medicación que estás tomando.

Evidentemente, tú no has sido la primera persona en hacerse esa pregunta. No ya "esa" pregunta en concreto, sino la pregunta que está detrás de esa que formulaste, ¿es mi realidad real? Y que nos llevaría a otra ¿estoy loco? ¿Estamos todos locos? Es una cuestión que azota las mentes de filósofos, escritores y teólogos desde que el mundo es mundo. Y ahora me ha tocado a mí.

No voy a meterme en cuestiones filosóficas. Simplemente quería plasmar como la realidad se vuelve confusa y se diluye más allá de las paredes de mi casa. Estos días soy solo consciente de la "realidad" de mis cuatro paredes, de mi propia realidad.

El ruido que llega de fuera es cada día más inverosímil. Una enfermedad que azota el mundo entero. Tiene a las gentes encerradas en sus casas, pendientes de la radio, de la televisión, de las pantallas de sus móviles y ordenadores. Medios que no paran de emitir lo que cada vez más se parece más a una ficción propia de la Guerra de los Mundos.

Recuerdo que justo antes de que todo esto empezara hablaban estos mismos medios de una plaga de langostas que estaba desolando las cosechas del Este africano. Las últimas noticias que tuvimos de ellas hablaban de su aproximación a las Islas Canarias.

También escuché vagamente hablar de un meteorito catalogado por la NASA como altamente peligroso que se cruzaría con La Tierra a finales de Abril. Ya no se habla de dicho meteorito tampoco.

Incluso había cierta preocupación a nivel internacional con la creciente actividad bélica y el fuego cruzado que mantenían las tropas rusas y las turcas en el Norte de Siria. Desde que estallo la crisis sanitaria, ligada a la explosión de la COVID-19, creo que Siria ha dejado de existir para mí.

Que curioso , yo , en mi realidad absoluta, quiero ver ahí a los Cuatro Jinetes del Apocalipsis.

Esa era la realidad de antes. Ahora parece que el mundo se arruga sobre si mismo. Es como si los polos se quisiesen tocar, acercándose el uno al otro, acercándose al núcleo de nuestro planeta, derritiéndose en el proceso... Un mundo que se ha vuelto del revés, donde nada es lo que parece.

La civilización se viene abajo, clanes de gitanos se pelean por controlar un mercado de droga que nunca volverá a abrirse, políticos y financieros alemanes empiezan a saltar de sus altos rascacielos para asegurarse una muerte noble, digna y con las cuentas de sus bancos aún bien cargadas de dígitos; los líderes políticos mundiales vagan sin rumbo, se confinan, niegan la realidad o enferman como el resto de los mortales. Hay incluso alguno que ha decidido encerrarse en un hotel de lujo de un país distinto al suyo con sus cuatro mujeres y sus veinte concubinas..  ¡que el fin del mundo le pille bailando! Otro, ha empezado a vender el agua de la fuente de su pueblo como milagrosa y la gente le paga con toneladas de papel higiénico.

Y los ricos se mueren de una simple gripe. Lo que me ha traído a la cabeza un poema de Jorge Manrique que leí hace tiempo.

Nuestras vidas son los ríos
que van a dar en la mar,
que es el morir;
allí van los señoríos
derechos a se acabar
e consumir;
allí los ríos caudales,
allí los otros medianos
e más chicos,
allegados, son iguales
los que viven por sus manos
e los ricos.

Como digo, la realidad no me parece ya real. ¿Será que me estoy volviendo loco ?

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